En marzo de 2021, Equimundo y Dove Men+Care realizaron una encuesta representativa a nivel nacional en Estados Unidos, centrada en la relación entre el cuidado que los hombres tienen de sí mismos (físico, emocional, mental y social) y el cuidado que brindan a las personas que los rodean. Cabe destacar que esta investigación demostró que la aceptación del cuidado por parte de los hombres tiene un efecto dominó que beneficia a todos. Los hombres que hacen del cuidado personal parte de su rutina habitual pasan más de tres horas al día cuidando a otros y tienen el doble de probabilidades de ayudar con las tareas del hogar.
El momento de la encuesta fue especialmente importante, dado que los participantes se habían adaptado a la rutina pandémica durante el último año, lo que permitió al estudio examinar sus comportamientos durante la pandemia con mayor profundidad. Equimundo y Dove Men+Care también realizaron 23 entrevistas exhaustivas con personas para comprender mejor sus actitudes y prácticas en una amplia variedad de temas relacionados con el cuidado.
La pandemia mundial ha puesto de relieve el cuidado: cómo nos cuidamos a nosotros mismos y a quienes nos rodean. La desesperación generalizada, la desconexión con los demás y la carga del desempleo y la educación a distancia han ejercido una enorme presión sobre el bienestar psicológico de muchas personas. La lucha de las mujeres bajo el peso considerable de la pandemia ha sido captada por varios artículos importantes en los medios de comunicación, que destacan el impacto devastador de la pérdida del empleo y/o las responsabilidades desproporcionadas en el cuidado de los hijos. Mientras los hombres —el foco de este artículo e investigación— se movilizan para apoyar a sus parejas y familias, urge trazar un camino para ser aliados efectivos de las mujeres en sus vidas, cuidadores equitativos y apoyo empático.
Para ello, debemos reconocer el bienestar emocional y mental de todos y sus necesidades de conexión social como vitales para su papel como cuidadores. También es importante que las instituciones en nuestras vidas apoyen estos esfuerzos: lugares de trabajo que ofrecen licencia de paternidad paga y horarios flexibles, comunidades que garantizan que todas las personas se sientan seguras y protegidas, y la televisión y las películas que consumimos deben adoptar narrativas ampliadas y transformadoras de la hombría, el cuidado y las familias.