Creemos que el trabajo con hombres y niños por la igualdad de género debe responsabilizar a las personas e instituciones, incluyéndonos a nosotros mismos, de los objetivos globales de igualdad y justicia. También creemos que el trabajo con hombres y niños no es un fin en sí mismo, sino un medio para promover la justicia de género. Esto implica: (1) reflexión constante; (2) evaluación de nuestros resultados, incluyendo la escucha de mujeres y niñas, hombres y niños, y personas de todas las identidades de género; y (3) diálogo significativo con diversas personas y partes interesadas.
Nos esforzamos por ejercer esta responsabilidad de diversas maneras, tanto como organización como personas que trabajan en Equimundo. Como individuos, nos comprometemos con un código de conducta que nos exige tomar en serio la igualdad de género en nuestra vida diaria, tanto personal como profesional. También aplicamos estas convicciones en nuestras políticas, ofreciendo la misma licencia parental a todo el personal, priorizando la diversidad y la igualdad en nuestra contratación y estableciendo mecanismos para responder ante actos de abuso o acoso.
Nuestros valores y creencias fundamentales
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Naturaleza relacional del género: Creemos que cuestionar el patriarcado y encontrar un interés común para superarlo implica trabajar con mujeres y niñas, con hombres y niños, y con personas de todas las identidades de género, como aliados y socios. Consideramos que el patriarcado crea y mantiene desigualdades de poder de los hombres colectivamente sobre las mujeres (incluidas las mujeres cis y trans), así como de las personas no conformes con su género, y de algunos grupos de hombres sobre otros hombres marginados, y como una fuerza social que impide a todas las personas tener la vida conectada, plena y en paz que merecen. Consideramos que el poder y las normas de género se construyen en las relaciones entre individuos y se refuerzan en las sociedades y estructuras, y nos esforzamos por trabajar para superar la binariedad de género y lograr la igualdad.
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Colaboración: Destacamos la importancia de aprender de los movimientos por los derechos de las mujeres, así como de los grupos LGBTQIA+ y las organizaciones de justicia racial, y de colaborar con ellos. Esto incluye colaborar en iniciativas de investigación, programación y promoción, así como en la recaudación de fondos, para aumentar el impacto y reducir, siempre que sea posible, la competencia por la financiación y la visibilidad.
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Los hombres como parte de la ecuación, no como campeones: Apoyamos la necesidad de que los hombres, en especial los hombres cisgénero —incluidos los líderes políticos y las celebridades masculinas— alcen la voz y pronuncien sobre las injusticias de género y la violencia contra las mujeres y otras identidades de género. Al mismo tiempo, criticamos las iniciativas puntuales o simbólicas, en particular cuando no exigen que los hombres cuestionen y comprendan plenamente cómo funcionan el privilegio y el poder en sus propias vidas y en los espacios donde trabajan. Promovemos la participación de los hombres como aliados que alzan la voz junto con las mujeres y otras identidades de género por la justicia de género, nunca por ellas ni en su lugar.
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Perspectiva positiva: Si bien reconocemos la importancia crucial de responsabilizar a las personas que causan daño por sus acciones, trabajamos desde una perspectiva positiva con hombres y niños, centrándonos en sus roles y responsabilidades como agentes de cambio y como defensores de la igualdad, en lugar de solo como perpetradores o perpetradores potenciales.
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Modelo ecológico basado en derechos: Aplicamos un enfoque ecológico, basado en el ciclo de vida y en los derechos humanos en nuestro trabajo, reconociéndolos como elementos esenciales para lograr un cambio social transformador y sostenible.
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Transparencia: Apoyamos la divulgación completa de nuestros planes, resultados, presupuestos, enfoques programáticos, instrumentos de investigación y demás materiales a todas las partes interesadas. Creemos en el acceso abierto a materiales y en brindar a todos el mismo acceso a nuestras metodologías para el cambio.
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Toma de decisiones participativa y participación juvenil: Apoyamos la plena participación de adultos y jóvenes en nuestra investigación, programación y promoción. Trabajamos para incluir las perspectivas de los jóvenes y tomamos en serio sus opiniones en el desarrollo de nuestros programas y en nuestra planificación estratégica. Creemos que los jóvenes están en una posición privilegiada para cuestionar y promover un futuro más igualitario y para deconstruir la dicotomía de género.
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Protección infantil: Nos adherimos a pautas estrictas en materia de protección y salvaguarda infantil, trabajando para garantizar que nuestros encuentros y diálogos con niños, niñas y jóvenes nunca exploten, abusen o contengan elementos o prácticas que puedan reforzar la dominación.
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Enfoques basados en evidencia y transformadores de género: Trabajamos para garantizar que nuestras intervenciones transformen las relaciones de poder basadas en el género y las normas de género perjudiciales. Invertimos tiempo y recursos considerables en generar evidencia para intervenciones efectivas con hombres y niños, mujeres y niñas, y personas de todas las identidades de género, con el fin de lograr la igualdad de género. Lo hacemos porque creemos que tenemos la obligación con las personas, las comunidades y la causa de mantenernos fieles a los más altos estándares para lograr un impacto positivo, y que los fondos que recibimos para este trabajo deben utilizarse de la manera más eficaz y eficiente. Esto implica medir no solo el cambio de actitud y comportamiento individual, sino también el cambio a nivel comunitario, social, institucional y nacional.
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Puesta a tierra en el contexto local: Buscamos crear y adaptar nuestras metodologías, junto con nuestros socios, para que se ajusten a cada contexto específico donde se implementan. Hasta ahora, creemos que en ocasiones los enfoques transformadores de género implican trabajar con hombres o niños en entornos del mismo género, y con mujeres y niñas en entornos del mismo género, y en otras ocasiones es necesario trabajar con todos los géneros conjuntamente. Creemos que estas estrategias deben definirse en los contextos locales mediante el diálogo y la investigación formativa.
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Feminismo interseccional: Adoptamos un enfoque feminista interseccional, ya que reconocemos la diversidad de experiencias y la discriminación que enfrentan las personas en función de cómo se combinan o interactúan diferentes aspectos de sus identidades, como el género, la raza, la edad, el nivel socioeconómico, la capacidad física o mental, la religión, la orientación sexual o la etnia. La interacción de las múltiples identidades de una persona puede determinar experiencias de discriminación complejas y particulares. Consideramos que las desigualdades e injusticias de género están intrínsecamente vinculadas a otras formas de injusticia, como la supresión de los derechos reproductivos, la injusticia económica, las desigualdades históricas raciales y étnicas, y la homofobia y la transfobia. Creemos que nuestro trabajo debe tener en cuenta y comprender estas múltiples fuerzas impulsoras de la desigualdad para ser eficaz y lograr una justicia social duradera.
Creemos que involucrar a hombres y niños no es la solución para lograr la igualdad de género. Sin embargo, también creemos que sin transformar las masculinidades dañinas, no lograremos la igualdad plena. Un análisis de género requiere que seamos interseccionales y relacionales si queremos lograr el mundo equitativo que todos deseamos y merecemos. Las normas de género y el patriarcado claramente crean desventajas continuas en la vida de las mujeres, las niñas y todas las identidades de género. También generan vulnerabilidades en la vida de hombres y niños. Creemos que es posible luchar por la igualdad de género y mantenernos centrados en los derechos humanos, a la vez que transformamos las masculinidades para el beneficio de todos.