Abril es el Mes de Concientización sobre la Agresión Sexual (SAAM), un momento para apoyar a las sobrevivientes de todas las formas de violencia sexual, concientizar sobre el problema y sus causas, y reflexionar sobre cómo podemos prevenirlo. Al finalizar el mes, también es momento de reflexionar sobre lo que sabemos gracias a las décadas de investigación de Equimundo y sus colaboradores para comprender la relación entre la masculinidad y la violencia sexual.
El acoso sexual y la agresión sexual son, lamentablemente, omnipresentes en los EE. UU.: Estudio de 2019 El estudio, copatrocinado por Equimundo, muestra que, a nivel nacional, el 81 % de las mujeres y el 43 % de los hombres reportan haber sufrido alguna forma de acoso o agresión sexual a lo largo de su vida. Es fundamental empoderar a las sobrevivientes de agresión sexual para que busquen apoyo y justicia, a la vez que se exige la rendición de cuentas a quienes ejercen la violencia. También es importante fomentar el diálogo sobre la prevención de la agresión sexual y promover métodos basados en la evidencia para erradicar la violencia.
¿Qué nos dice nuestra investigación sobre los vínculos entre la masculinidad dañina y la violencia sexual?
Equimundo y sus colaboradores suelen definir la «masculinidad dañina» como el conjunto limitado de normas y expectativas asociadas con la forma «correcta» de ser «hombre». Estas tienen consecuencias negativas no solo para el bienestar mental, físico y psicológico del individuo, sino también para el bienestar de quienes lo rodean y de la sociedad en su conjunto. Estos rasgos y tendencias incluyen: la expectativa de autosuficiencia, la constante imposición de la mano dura, la conformidad con roles de género rígidos y el uso de la agresión y la violencia, incluida la violencia sexual, como forma de ejercer dominio sobre los demás.
1. La masculinidad dañina impulsa a los hombres a perpetrar agresiones y violencia sexual.
De acuerdo a La caja del hombreSegún un estudio de Equimundo con hombres jóvenes de 18 a 30 años en EE. UU., Reino Unido y México, las ideas nocivas sobre la masculinidad se vinculan con una mayor probabilidad de perpetrar violencia. El estudio reveló que los hombres que se identifican más con las nociones estereotipadas de masculinidad, o que se identifican con la "caja de masculinidad", tienen hasta seis veces más probabilidades de denunciar acoso sexual y hasta siete veces más probabilidades de haber ejercido violencia física. La asociación entre las normas masculinas nocivas y la violencia es tan fuerte que, si elimináramos por completo la "caja de masculinidad", podríamos reducir la violencia sexual en EE. UU. en al menos... 69 por ciento anualmente.
2. Las experiencias de la infancia también se vinculan con la adhesión de los hombres a normas masculinas dañinas y su probabilidad de recurrir a la violencia, especialmente la violencia sexual.
Las experiencias de la infancia pueden tener una gran influencia en la probabilidad de que un individuo cometa violencia sexual contra otros. Un estudio Un estudio del Centro Internacional de Investigación sobre la Mujer y Equimundo descubrió que los hombres que experimentaron traumas en el hogar durante la infancia, como ser desatendidos por sus padres, presenciar violencia entre ellos o sufrir violencia física y sexual en la infancia, son mucho más propensos a perpetrar violencia de pareja y violencia sexual en la edad adulta. Esto no significa que estos vínculos sean automáticos; muchas personas pueden usar experiencias adversas en la infancia como una razón parcial para resistirse al uso de la violencia en etapas posteriores de la vida. Sin embargo, la transmisión intergeneracional de conductas violentas sigue siendo un desafío importante y constante para las iniciativas de prevención de la violencia.
3. La agresión sexual no es un problema de unos pocos hombres, sino que es parte de la cultura social en las escuelas, lugares de trabajo y otras instituciones.
Siempre debemos exigir responsabilidades a quienes ejercen la violencia sexual de maneras que reflejen la verdadera justicia, según los deseos y la visión de las personas más afectadas por los actos violentos. También es importante recordar que las causas del acoso sexual suelen ser más profundas y sistémicas que las simples patologías o decisiones individuales. Investigación Un estudio sobre la agresión sexual en la universidad revela que las decisiones de las personas se basan en las interacciones sociales y la observación de entornos sociales. Si las personas en edad universitaria se encuentran en un entorno educativo donde sus compañeros y colegas tienen creencias irrespetuosas sobre las mujeres y las relaciones, y esas actitudes dañinas son toleradas, se crea un entorno propicio para la violencia. Ya sea en los campus universitarios o en la sociedad en general, la prevalencia de la violencia sexual está estrechamente relacionada con la llamada "cultura de la violación", más allá de las decisiones individuales. Por lo tanto, todos somos responsables de los cambios sociales y culturales para rechazar todas las formas de violencia y discriminación.
4. La violencia sexual y la masculinidad dañina no sólo tienen costos sociales y físicos, sino también económicos.
Las normas masculinas nocivas y la violencia sexual suponen enormes costos económicos para la sociedad (además, por supuesto, de la enorme gama de traumas, dolores y oportunidades perdidas no cuantificables que afectan desproporcionadamente a las mujeres cis y a las personas trans y no binarias en las sociedades patriarcales). Según un estudiar Según el Centro Nacional de Recursos sobre Violencia Sexual, la violación por sí sola cuesta a Estados Unidos más que cualquier otro acto delictivo, con 127 mil millones de dólares anuales. Un estudio reciente... estudio de costos Un estudio realizado por Equimundo, centrado en hombres de 18 a 30 años, encontró que la violencia sexual atribuida a normas masculinas dañinas le cuesta a los EE. UU. un mínimo de $631 millones al año, un costo en el que incurren quienes sobreviven y aquellos que son perjudicados por el uso de la violencia por parte de los hombres.
¿Cómo podemos prevenir la violencia sexual y generar un cambio duradero?
Para prevenir la violencia y la violencia sexual en el futuro, es crucial escuchar a las mujeres e incluir sus voces en todos los niveles de programación y liderazgo. Las comunidades deben dar voz a las mujeres de identidades subrepresentadas y crear espacios seguros para que todas las sobrevivientes de agresión sexual sean escuchadas y puedan sanar. Las instituciones deben implementar políticas de tolerancia cero con el apoyo público de sus líderes, e impartir capacitaciones para sensibilizar al personal y mejorar las habilidades de intervención de los testigos.
También necesitamos involucrar y empoderar a los jóvenes, especialmente a los varones, para fomentar debates y reflexiones críticas sobre las normas de género y la formación de relaciones saludables. Ya sea a través de los currículos escolares, los programas extraescolares o la programación comunitaria, las conversaciones sobre masculinidades saludables deben comenzar desde pequeños. Un ejemplo es Equimundo. Masculinidad 2.0 Iniciativa de educación grupal en la que niños y jóvenes participan en conversaciones abiertas y directas sobre la formación de masculinidades basadas en el respeto, el cuidado, la empatía, el consentimiento y el rechazo de la violencia.