Por Caroline Hubbard, Asesora Sénior de Género, NDI y Tim Shand, Vicepresidente de Promoción y Alianzas, Equimundo
El surgimiento del movimiento #MeToo ha llevado a un aumento del diálogo global sobre el problema de la violencia y el acoso sexual, pero todavía hay una amplia variedad de cuestiones que deben abordarse para que el movimiento realmente tenga un impacto real y duradero para las mujeres y las niñas de todo el mundo.
Si bien la violencia que afecta a las mujeres en todas las industrias, localidades y grupos socioeconómicos es un ataque flagrante a sus derechos humanos individuales, también es una problema sistémico arraigada y utilizada para mantener relaciones de poder desiguales entre hombres y mujeres. En ningún otro ámbito es esto más visible que en los testimonios y denuncias de violencia contra las mujeres en el sector político.
Hay cada vez más informes de todo el mundo que indican que, cuando las mujeres dan un paso adelante para reclamar su derecho a participar en la política, se encuentran con una reacción En términos de violencia, que abarca el acoso, el abuso psicológico (tanto presencial como en línea) y la agresión física o sexual, estos ataques generalizados contra mujeres políticamente activas son un claro indicador del impacto negativo que las normas de género arraigadas y desiguales, incluidas las que se aplican a los hombres, tienen en la salud democrática de nuestras sociedades.
Con el fin de aprovechar el trabajo que se está realizando para desafiar las normas de género en otros sectores, por ejemplo, a nivel comunitario o en organizaciones del sector privado, a principios de este año Equimundo y la Instituto Nacional Demócrata (NDI) organizó una mesa redonda histórica de dos días sobre “Masculinidades y Política: Análisis de Enfoques para Asegurar el Compromiso de los Hombres con la Política e Instituciones Políticas con Equidad de Género”. El taller buscó integrar los enfoques que Equimundo ha desarrollado durante las últimas dos décadas sobre masculinidades y violencia, con el enfoque programático de larga data que el NDI ha tenido en eliminar las barreras, incluida la violencia, a la participación igualitaria y activa de las mujeres en la política.
A lo largo de dos días, 34 expertos, entre ellos investigadores, académicos y profesionales, así como diversas organizaciones internacionales de todo el mundo, participaron en un debate dinámico y contundente sobre el impacto de las normas de género masculinas en la política y la toma de decisiones, así como sobre la historia, la teoría, la investigación y las prácticas actuales en torno a la participación de los hombres para lograr la igualdad de género. La mesa redonda tuvo como objetivo iniciar un diálogo sobre cómo las normas de género actuales impactan los procesos de políticas públicas, las instituciones y estructuras políticas, y sobre cómo transformar la participación de los hombres —y en particular de aquellos en puestos de liderazgo político— en las acciones necesarias para promover y sostener una gobernanza democrática inclusiva y resiliente.
La equidad de género y el empoderamiento de las mujeres siguen percibiéndose principalmente como un "asunto de mujeres". Sin embargo, los avances logrados en la representación numérica de las mujeres en la política mundial durante el último siglo a menudo no se han traducido directamente en una mayor influencia política, y la paridad política sigue siendo un objetivo lejano. Para que se produzca una transformación equitativa en términos de género, los hombres, y en particular los líderes políticos masculinos, no pueden simplemente ser... aliados pero deben ser campeones del esfuerzo. Sin embargo, los enfoques sobre cómo involucrar a los hombres para la igualdad de género en la política con demasiada frecuencia se detienen en recomendaciones de "capacitación sensible al género" para líderes masculinos o entrenamiento para mujeres sobre cómo desarrollar alianzas tácticas con las élites masculinas. Ningún enfoque se basa en un análisis que desentrañe las normas socioculturales que crean el desempoderamiento de las mujeres, cómo estas impactarán el apoyo de los hombres al empoderamiento de las mujeres dentro de un contexto político, o cómo dichas normas se institucionalizan a través de las reglas y procesos de las organizaciones políticas. Sin este análisis, los esfuerzos para que los hombres "defiendan" los derechos de las mujeres, si bien importantes, no se arraigan como un cambio de norma transformacional porque no requieren que los hombres cuestionen y comprendan cómo operan el privilegio y el poder en sus propias vidas y en los espacios donde trabajan; y a menudo desplazan la propia agencia de las mujeres, lo que refuerza aún más la brecha de género en el poder. Abordar las consecuencias de las normas de género tóxicas en la calidad de nuestra política y cultura democrática, a través de la participación de los hombres, y en particular de aquellos en puestos de liderazgo político, es clave para lograr los beneficios de una política más inclusiva: más desarrollo y más equitativo, mayor resiliencia y una paz sostenible.
La mesa redonda "Masculinidades y Política" representa un primer paso del NDI y Equimundo para aunar sus trabajos relacionados y estimular un análisis interdisciplinario de la dinámica relación entre política, poder y masculinidades, así como las vías para lograr un cambio en las normas de género que conduzca a una cultura, procesos e instituciones políticas más inclusivas. Si el #MeToo y los movimientos que lo acompañan realmente buscan señalar un cambio en las normas y en nuestras ambiciones por un mundo con mayor equidad de género, en lugar de un cambio más basado en la obediencia en nuestras expectativas sobre el comportamiento de las personas, entonces será necesario que muchos más hombres se den cuenta de la naturaleza de género del privilegio y el poder, y del daño que esto causa a nuestras democracias y sociedades.
A medida que NDI y Equimundo avanzan, esperamos poder seguir creando conciencia sobre la naturaleza muy específica del desafío de transformar el equilibrio político de poder entre mujeres y hombres, y desarrollar enfoques basados en evidencia para involucrar a los hombres como agentes transformadores de cambio para poner fin a toda violencia contra las mujeres y al servicio de la igualdad de género y de democracias más fuertes.