Creando Paz es un programa de 12 sesiones para adolescentes de secundaria que viven en barrios urbanos con altos niveles de violencia comunitaria. Al involucrar a los jóvenes en el diálogo entre pares, el pensamiento crítico y el activismo, este programa busca abordar las normas de género inequitativas, promover la justicia racial y, en última instancia, reducir la violencia y la discriminación en las comunidades de Pittsburgh, Pensilvania. El programa se basa en colaboraciones previas de esta alianza, incluyendo Masculinidad 2.0 y Sisterhood 2.0, así como el trabajo centrado en el trauma dirigido por Equimundo y sus socios en Burundi y la República Democrática del Congo (RDC) llamado Vivir la paz.

Equimundo y la Universidad de Pittsburgh comenzaron a desarrollar e implementar el currículo Creando Paz en 2019 en Pittsburgh, Pensilvania, EE. UU. Para esta intervención, Equimundo lideró el proceso de adaptación curricular y brindó apoyo técnico a la Universidad de Pittsburgh durante todo el programa. Como principal beneficiario del premio y socio comunitario local, el departamento de prevención de la Universidad de Pittsburgh supervisó la implementación, el seguimiento y la evaluación del programa. El diseño y la implementación de esta intervención fueron posibles gracias a la financiación de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) entre 2019 y 2025.

Basado en un enfoque feminista interseccional, Creando Paz reconoce que los sistemas de poder impactan a las personas más marginadas de la sociedad. Este currículo se centra en las relaciones entre la inequidad de género (actitudes y comportamientos que degradan a las mujeres y promueven la masculinidad tradicional), la injusticia racial y la violencia. Las categorías sociales de clase, raza, orientación sexual, capacidad y género están estrechamente entrelazadas. Creando Paz es uno de los pocos enfoques comunitarios contra la violencia que también integra cómo la socialización de género (lo que significa ser hombre, mujer o persona no binaria) y las dinámicas de poder desiguales contribuyen a la violencia.

Además, este currículo utiliza enfoques basados en el trauma que reconocen el impacto de la exposición a la violencia en la perpetración de violencia juvenil. Este modelo de programación comunitaria, que involucra a diversos colaboradores comunitarios, como líderes, educadores y profesionales de la salud comunitaria, constituye una metodología excepcional pero eficaz para un cambio holístico sostenible hacia la no violencia. Dado que la perpetración de violencia suele surgir en múltiples aspectos de la vida de los jóvenes, la prevención de la violencia requiere abordar estas actitudes y comportamientos inequitativos, así como reconocer el entorno en el que viven, aprenden y se desarrollan.

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