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Los padres y las figuras paternas desean estar presentes, cuidar y apoyar, como la mayoría de los padres, y buscan maneras de conectar con sus hijos o con los niños a su cargo mediante diversas actividades y momentos. Para el Día del Padre, les pedimos al personal que reflexionara sobre su recuerdo favorito con sus padres o figuras paternas, y escuchamos historias de conexión, curiosidad, amor, apertura, alegría y profundo compromiso. ¿Cuál es tu recuerdo favorito con tu padre o figura paterna?

“Mi papá siempre guardaba la mejor parte del pollo, las alitas, para mí y mi hermana”.

–May-Mei Lee

Clara Alemann, Directora de Programas de Equimundo, con su padre.
Cuando tenía unos 6 años, temía que los monstruos salieran de debajo de mi cama por la noche. La hora de dormir era un momento aterrador y mi padre, todas las noches cuando no estaba de viaje, me ayudaba con paciencia y ternura a buscar debajo de la cama y detrás de las puertas para asegurarme de que nadie se escondiera en la oscuridad. Luego se sentaba junto a mi cama, se tomaba un rato en silencio para inventar un nuevo episodio de su serie de cuentos, "La bruja y el hada", y luego me lo narraba. Me hizo olvidar todos mis miedos y seguir las aventuras del hada idealista y bondadosa y las travesuras de la bruja. Siempre recordaré esa tradición y sus historias cariñosas y reconfortantes.


–Clara Alemann

 

 

 

Una de las señas de identidad de mi padre era su capacidad para hacer que el juego pareciera muy, muy serio. Por ejemplo, le encantaban los días de otoño en Ohio. Uno ventoso, donde el tendón que une el tallo con la rama está a punto de desgastarse. Inventó un juego llamado "atrapar hojas". Es tan simple como parece: salir y atrapar las hojas que caen. El primero en conseguir veinte hojas, gana. Era una forma encantadora de pasar la tarde. Su enfoque en el juego era una respuesta directa a su profesión, como profesor de relaciones internacionales, donde estudiaba regularmente la guerra, la política y los malos actores de la historia. El juego y la alegría fueron hilos conductores de su vida, hasta el final. Incluso cuando la demencia le robó el lenguaje y la movilidad, el sonido de un tren lejano lo hacía aplaudir y decir "¡Me encanta!". Al ver gansos en el cielo, los señalaba con entusiasmo, con los ojos como platos; nuestros ojos seguían su dedo hasta que los encontrábamos, lo que le dibujaba una enorme sonrisa. Mi papá me enseñó a valorar el juego: a abrazar la curiosidad, a encontrarle el humor a los pequeños momentos, a tomarme el juego en serio. A dejar de lado nuestro egocentrismo, a deshacernos del continuo del tiempo y a ser alegre.

–Chris Hook

 

José Campi Portaluppi, Director de Comunicaciones e Incidencia de Equimundo, con su abuelo.
Mi abuelo, Yoyito, se jubiló justo cuando yo nací. No había sido el padre más presente ni el mejor esposo para mi abuela. Pero mientras comprendía lo que significaba envejecer, no tener un trabajo al que ir cada mañana y muchas otras cosas, decidió venir a mi escuela todos los días y leernos cuentos a mí y a todos los demás niños. Rápidamente se convirtió en mi persona favorita del mundo; me enseñó con su ejemplo que las personas pueden cambiar y que todos podemos encontrar un propósito a través del cuidado.

–José Campi-Portaluppi

 

 

 

 

Mi papá y yo podemos pasar horas hablando. Y eso es lo que más me gusta. Cada vez que lo llamo, la conversación dura más de una hora. Uno de mis recuerdos favoritos de joven es tomar chai (té indio) con él por las mañanas. Las mañanas eran tranquilas y él siempre me preparaba té, y luego nos sentábamos en el sofá a charlar. Todavía lo hacemos cuando nos vemos. Siento que es el único hombre que conozco con el que realmente puedo conectar emocionalmente y tener una conversación justa y sin prejuicios. Hablamos de todo, desde una nueva receta que probé hasta acontecimientos políticos en el mundo, de lo que hablan mis familiares, viajes de trabajo, el precio de las cebollas, un recuerdo de su infancia, una boda a la que asistió, antibióticos, un libro que leí, una charla religiosa que escuchó e ideas como el humanismo y, por supuesto, ¡el capitalismo! ¡Quizás sea la única persona con la que puedo hablar de cualquier cosa!

–Isha Bhatnagar

Gary Barker, presidente y director ejecutivo de Equimundo, con su padre.

 

Uno de mis últimos viajes con mi padre antes de que padeciera demencia, de la que finalmente falleció, fue a Camboya, donde exploramos juntos los templos. Recordé todas las veces que él me guiaba en mis aventuras cuando era niño. Y recuerdo los viajes que hacía con mi hija Nina cuando era pequeña y cuánto se adoraban. Espero seguir con su curiosidad y su generoso compromiso con todos los que conoció.

–Gary Barker

 

 

 

Mi recuerdo favorito con mi papá es lo juguetona que era con mi hermana y conmigo cuando éramos pequeñas. Casi todos los fines de semana, dormíamos al aire libre en la sala, construyendo fuertes con almohadas. Veíamos la televisión hasta bien entrada la madrugada y, por supuesto, un helado era imprescindible. Era un placer para nosotras de pequeñas y siempre esperábamos con ilusión esas tardes llenas de risas y diversión juntas.

–Cody Ragonese

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