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El 2 de mayo, Equimundo, el Centro de Investigación sobre la Salud Masculina, la Universidad de Vanderbilt, y sus socios se reunieron en Washington, DC para discutir cómo las normas masculinas impactan la salud de los hombres y el bienestar de quienes los rodean, y para brindar orientación concreta para la acción.

El presidente y director ejecutivo de Equimundo, Gary Barker, inauguró el evento preguntando por qué, como educadores, profesionales de la salud y activistas, deberíamos preocuparnos por las masculinidades. Para enmarcar el debate posterior, dijo:

No hablamos de la hombría en abstracto. Todos estamos involucrados en ella, la estamos construyendo, reconstruyendo y construyendo.

¿Por qué importan las normas masculinas?

Gary presentó los hallazgos clave de dos informes de Equimundo, El costo de la masculinidad: un estudio sobre el impacto económico de los estereotipos masculinos dañinos en Estados Unidos y Normas masculinas y salud masculina: estableciendo conexiones, destacando los costos financieros y de salud de la masculinidad dañina, tanto para las personas como para la sociedad en su conjunto. Concluyó su presentación con una nota esperanzadora para el futuro:

Es importante que, al defender estas normas o cuestionar estas ideas sobre la masculinidad, no recurramos a esa perspectiva deficiente sobre nuestros hijos, los jóvenes y las ideas sobre la hombría. De hecho, nuestros hijos están listos para romper con esto.

Incorporando voces expertas

Tras la inauguración, los ponentes aportaron su experiencia y perspectivas personales al debate. El primer ponente, el Dr. Derek Griffith, fundador y director del Centro de Investigación sobre la Salud Masculina y profesor de Medicina, Salud y Sociedad en la Universidad de Vanderbilt, ofreció un contexto racial, histórico y político para reflexionar sobre la salud masculina. El Dr. Griffith recordó la Huelga de Saneamiento de Memphis de 1968, liderada por trabajadores sanitarios negros, y enfatizó que la aspiración de los hombres a la igualdad de oportunidades y el derecho a trabajar en entornos seguros se consideraba fundamental para su identidad como hombres en aquel entonces. Recordó a la audiencia la importancia de reconocer los matices de las identidades expansivas de los hombres y qué cualidades negativas (o positivas) pueden asociarse con la idea de "ser hombre" en diferentes momentos de la historia, y en función de las identidades que los hombres mantienen más allá de su género.

Hay aspectos nocivos de la masculinidad que deberíamos abordar, pero algunas de las normas que tienen un impacto negativo en la salud pueden, en realidad, provenir de un lugar positivo.

El segundo orador, Randy Palacios, representante juvenil de la Junta Directiva de la Alianza para la Juventud Masculina, compartió su experiencia personal con las normas masculinas cuando era niño y crecía en El Salvador. Recordó que le dijeron: "Se supone que los hombres son fuertes, así que nunca hables de esto", después de presenciar un acto de violencia extrema, y explicó cómo esta narrativa influyó en su forma de expresar compasión y empatía en la edad adulta. Randy enfatizó la importancia de hablar con los jóvenes sobre su propia salud y brindarles el vocabulario necesario para identificar y expresar sus emociones y necesidades. Al hacerlo, podemos ayudar a garantizar que los jóvenes aprendan a expresarse, sin agresión ni violencia, y a pedir ayuda cuando la necesiten.

Partiendo de los estereotipos y narrativas masculinas identificados por ponentes anteriores, la tercera ponente, Wizdom Powell, directora del Instituto de Disparidades en la Salud de la Universidad de Connecticut y presidenta electa de la Sociedad para el Estudio de los Hombres y las Masculinidades (División 51) de la Asociación Americana de Psicología, explicó por qué necesitamos comprender mejor la salud masculina y cómo podemos cambiar las narrativas singulares en torno a la masculinidad y la salud mental. Afirmó:

El camino a seguir es contar historias completas y complejas. Tenemos que reimaginar la masculinidad. Tenemos que invertir en el cambio sistémico. Tenemos que traducir la evidencia en acciones significativas.

Reflexiones de los panelistas

Después de que los ponentes expusieran el panorama de por qué deberíamos hablar sobre masculinidad y salud mental, el panel de expertos debatió con el público maneras de avanzar y de cocrear normas positivas que conduzcan a una mejor salud y bienestar para los hombres jóvenes y para todas las personas, así como a la igualdad de género. Los panelistas hicieron hincapié en el uso del poder de los medios de comunicación para fomentar normas masculinas saludables, la financiación de iniciativas comunitarias que brinden espacios para que hombres y niños forjen conexiones significativas y la creación de más recursos para profesionales de la salud, como el de la APA. Pautas para la práctica psicológica con niños y hombres.

La grabación completa de este evento se puede ver aquí:

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